Soma Yukihira es un talentoso chef de una cocina familiar que lleva con su padre. Este apasionado por la comida es impulsado por su padre para dejar su restaurante y comenzar con un proyecto nuevo. Asistir a la academia culinaria de Tōtsuki para mejorarse así mismo como chef. Y como es de esperarse el drama es tan intenso como los sabores que presumen sus platillos. La academia no es nada sencilla y deberá de superar una gran cantidad de pruebas y retos durante su estancia en la academia.
Soma será el centro de atención del anime y el personaje principal sobre el cual recae el peso completo de la historia, pero es gracias a la gran cantidad de personajes que le rodean que la serie adquiere un mejor sazón. Las amistades y enemistades que cultiva a lo largo de sus estudios, le llevarán a realizar una cantidad enorme de retos contra todo tipo de personalidades y distintos estilos y especialidades de cocina y cada uno más impactante que el anterior.
La verdadera empresa de Soma es la de mejorarse como chef y en el camino descubrirse a si mismo. Es una temática recurrente, pero nunca deja de ser entretenida por parte de los creadores de estas inigualables historias. Y en el mundo culinario, que conozco hasta cierto nivel, se que es un mundo sanguinario, cruel, intenso, pero al mismo tiempo gratificante y sobre todo orgulloso.
Peculiar palabra la del orgullo, ya que es uno de los temas centrales en la temática de la serie de 37 episodios repartidos en 2 temporadas Shokugeki no Soma (24 episodios) y The Second Plate (13 episodios) en los que veremos el desarrollo de las personalidades de cada uno de los miembros de la ejemplar y estricta academia.
Existen varios roles y muchas dinámicas en el universo que plantea Food Wars! Y es gracias a esta gran mezcla de personajes que también, podemos disfrutar estas mezclas tanto en la trama dramática de los estudiantes como en la complejidad de sus platillos.
Todo es una prueba, ser admitido en el colegio requiere de una prueba, pasar una materia, vaya, hasta el tener derecho para poder obtener un techo bajo el cual dormir es un privilegio, nada es gratis dentro de los confines de Tōtsuki y gracias a esta dinámica, es que tenemos un drama intenso, lleno de rivalidades y si, sobre todo: orgullos.
Las múltiples personalidades y estilos culinarios tienen grandes representantes, como es el caso de Erina Nakiri, una erudita del paladar, exigente, arrogante y no una simple mortal, que se jacta de tener el paladar más fino del mundo. Ikumi Mito, que toma en sus manos los cortes de carne más deliciosos que te podrás imaginar, con una personalidad ruda y dominante. Megumi quien aporta con una personalidad más simple, más sincera y modesta, pero que no deja de demostrar lo importante que es tener corazón al momento de cocinar (el alma de la cocina). Alice, una mujer con una personalidad muy divertida, pero al mismo tiempo una líder nata y que resulta un rival Avant-garde con referente a sus demás compañeros. Y como estos, hay por lo menos 10 más que aportan muchos matices distintos en el banquete que la serie supone.
Y el drama se hace todavía más complejo cuando descubres poco a poco los secretos de la academia Tōtsuki, secretos que van desde las casas (fraternidades) a las que pertenecen, el consejo estudiantil y la gran cantidad de eventos y clases que la academia promueve. Y conforme pasan los capítulos, la serie no deja de sorprender, siempre hay un reto nuevo al que enfrentarse, como es el caso de la gran selección de otoño o las pasantías, que se convierten en unos de los eventos más llamativos de la serie.
El factor sorpresa
Algo que no esperaba ver, y que después de 20 capítulos ya se me hacía completamente normal, es el factor orgásmico que provoca la comida en quienes son lo suficientemente convincentes de hacerte creer que los platillos que degustan son verdaderamente privilegios del paladar. Al principio de la serie sinceramente lo sentí exagerado e innecesario. Pero nuevamente, clavándote en la serie, es un gran acierto que comparen el placer de la degustación de platillos de alta cocina con uno de los impulsos más naturales del cuerpo humano, el orgasmo. Y es gracias a estos momentos y la bella ilustración de los platillos, que me encuentro con hambre casi todas las noches que veo el show. En serio que me despierta el hambre.
El drama culinario es tan explosivo como cualquier telenovela, en cada giro o cada salteado del sarten, la comida y la personalidad de cada uno de los maravillosos chefs resalta la increíble cualidad de la serie. Con buenas y frescas ideas en una presentación animada bastante elocuente, Food Wars! es una serie con un toque minucioso y una extrema fijación en los detalles de cada platillo, que se eleva a nivel personal de Soma y compañía, personajes que están constantemente en crecimiento y desarrollo para superarse a los demás y más importante, a si mismos.
Conclusión
Desde la cocina Food Wars!, nos muestra la importancia de la entrega y la pasión por la profesión y sobre todo, por la autosuperación. En un mundo donde no solo vives la experiencia de los grandes de la cocina siguiendo los pasos de sus héroes personales y superando los retos académicos y no morir en el intento, Food Wars es más, es uno de los mejores representantes de lograr entender la necesidad de uno mismo para reinventarse, para aprender a trabajar en equipo, valorar el esfuerzo y el trabajo de los demás y que mientras se busca la perfección, es necesario mantenerse humilde, absorber todo lo que se pueda y utilizar cada oportunidad que se nos pone enfrente para poder lograr la superación personal.
Bueno, eso me sabe a mi esta serie, ¿y a ti?